
Esta película, dirigida por el alemán Oliver Hirschbiegel, toma los elementos del género clásico que apareció allá por los años ’50, y suma un punto a favor para esta producción. Pero comparada con la versión original, Invasores representa una película chata, vacía en cuanto a ideología. Las imágenes que muestran los noticieros, como el abrazo de Chávez y Bush, no logran impactar ni incitan al espectador a “leer entre líneas”, como sí sucedía con la original del ’56 y con las demás películas de ese primer período del género.
Daniel Craig apesta con su tono británico, pero Nicole Kidman se lleva los laureles en cuanto a la interpretación. Aunque -admitámoslo- es demasiado histérica.
Y en cuanto al final, nos deja re colgados. En menos de cinco minutos todo está resuelto, y la película no genera ni una leve sospecha que nos deje pensando, ni se guarda un as en la manga que haga de Invasores un producto más trascendental. Una lástima.







Las súper estrellas que se alinean tras Ahora son Trece no hacen más que brillar y deslumbrar: George Clooney, Brad Pitt y Matt Damon -que toma un rol un poco más protagónico, atrevido y gracioso- mantienen las características y los clishés de las otras dos entregas, y se lucen como sólo las estrellas pueden hacerlo. Ni hablar de Andy García, que en esta película se une a la banda de Ocean, aunque suene increíble. La actuación del gran Al Pacino como el soberbio y maldito Willy Bank es el pico máximo de esta saga de grandes robos y estafas, que se consagra como una de las mejores de la historia del cine.
